Me encuentro en esta etapa del sendero en el que me acompañan maestros de Luz y maestros de Energía. Cada uno y cada una desde su corriente de río, desde su bosque, pensamiento, acción y sentir. Todos coinciden en que el propósito es aprender a amar más.
Shrii Shrii Anandamurti me enseña una danza maravillosa para sanar y me sonríe para recibirme; Krishnamurti ya llevamos semanas caminando por las calles y los parques a cielo abierto preguntándome qué es el amor, qué es la soledad, qué es la mente y otras tantas instancias más; Chopra me despierta para iniciar este camino del mago con consciencia, hay un poder, es sencillo y pluriversal e infinito; definitivamente, la lección y el diálogo más fuerte y revitalizador del alma lo he tenido con Krishna, el señor bendito, a través del Canto del Señor, no hay explicación para algo que es solo manifestación física, cuántica y anscestral; cada llamado de Daisaku Ikeda es profundo para fortalecer y serenar el sensei que soy, guerrero con obstáculos, errores y transformaciones, junto a él, el bendito Buda me empuja con cada Sutra del Loto a la manifestación plena de mi budeidad, mi relación conmigo mismo y en tanto, con todos los tipos de relaciones.
La montaña sigue en mi corazón, la mariposa azul sigue en mi corazón, la danta y las hojas siguen en este corazón que tiene propósito. La montaña tiene su olor, su oración y su tarea espiritual. Es un camino largo y un sendero que empieza de nuevo, esta vez, con consciencia amplia y vibrante.
Gracias, profundamente desde esta mar.
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