12 dic 2011

134° Pasaje

Hoy no dejaba de sonar en mi alma un sexteto de palabras, dejarse llevar con una voluntad vivir. Respiro paso a paso la piel que me dispone la naturaleza. Palpo su sentido, su sinsentido, que concluye en pasión, y sin muchos ademanes, concluye en una sonrisa cómplice. Mi mirada no es más que el continente inmenso de sus ojos. Continente silenciosamente alegre. Vivaracho, marrón, loco. Una tierra que se me presenta inmensa y aventurera. Un continente al que mientras más le escribo, uno se llega a enamorar más. Me saco con paletas las palabras ante la vista de su tierra esperada. Continente de todo fruto, de todo salvia, de todo néctar. Agrio, cálido, pastoso, venenoso, en fin, amoroso, espinoso, como un oso. Dejarse llevar por su continente pronto desbordado, es sencillo, es respirable, profundamente agradecido. Sí, hoy no deja de sonar ese sexteto en mi cabezota.

5 dic 2011

133° Pasaje

Celebro la mirada que construimos juntos, esa que tanto respiras, esa que tanto estremece. No pienso pensar, oso en disfrutar, en entregar, en saber que nos respiramos la vida.

4 dic 2011

132° Pasaje

La vida viene con todo. Con ola, con tormenta, con caricia, con susurro. Leía par de frases citadas por Maickel Melamed, la primera rezaba que "... amar no es mirarse el uno al otro es mirar juntos en la misma dirección" por el gran Antoine de Saint-Exupery y luego, más perplejo, "... deja que tu amor sea como la lluvia brumosa que viene suavemente pero inunda el río...", un proverbio. Ambas frases nos dicen que la vida viene con todo. Que viene y que estamos en ella. Respiremos profundo, sonríamos debajo del agua, flotemos, respiremos de nuevo, y sonríamos debajo del agua. Es hermoso sabernos escuchar a tiempo, tomar la previsión, estar atentos.

28 nov 2011

131° Pasaje

Poema en caricias


Labios que morder
pasiones hurgadas
levedad por tenerte
apuesta sincerada
saber que no se sabe saborear sus labios                rojos
su sencilla intimidad

Poema en bus
que deja de ser poema
caoba, plomo, música
labio rozado
dedo intacto
mirada perdida

Ojo que no me salto
beso que no rechazo
labios rojos
lascivo
tierno
ahí es


Léase lento de nuevo, otra vez


27 nov 2011

130° Pasaje

Escritura sin el tiempo es la tarea que me asignaron mis abuelos y mis abuelas. Amar sin el menor de los prejuicios, querer con el mayor de los deseos, anhelar con el mayor ímpetu. Esas son las reglas del juego de vivir, me decía mi abuela. Es arriba y es abajo, es sincero y es certero, vive sin el tiempo, o por lo menos que el tiempo no te acose.

Así llegas, sin el tiempo, sin la medida del acoso que todo se acabará, sin el típico drama, sin el dolor en los ojos. Llegas galante, sincero. Con la pasión en las caricias, con el sufrimiento superado, con la mirada en clave de amor. Sonrisas.

El sol nos empuja a jugar y a desposar el tiempo. Sin la menor duda, ha madurado la fruta, ha obtenido su jugo, su mejor color, su extraño olor. Fermenta entre besos.

Dudo que habrá dudas. La decisión es sencilla. Comerse la fruta. Olvidarse del tiempo.

24 nov 2011

129° Pasaje

Enciendo una pequeña vela. Asumo que me ilumina. Asumo que hace algo por mí. La ansiedad se hace bonita con el té de menta, parece una ola de petróleo en el estómago. Es una cuchura de placer. Divagar la lengua de un lado al otro, a la par de cada dramón en cada pensamiento, complementa a la ola, rellena el vacío del olor de la vela. Cremilla quemada. Vainilla saturada.

Allá, el hombro derecho fácil del cual desconfío. Mano izquierda que enseño cada día su autonomía. Atrofia de un cuerpo que no descubro, violencia colonialista de mi cuerpo que no acepto. Desdicha de joven, placer de viejo. Atrofia que se me hace fobia cada vez que me hago el cuerpo. No, cuando me como mi cuerpo. 

Un número me hace la diferencia del ánimo, un nombre de día me cambia el gusto, una ráfaga de lluvias me evaporan las ganas de sonreír, un besito del humo de bus me sonroja, una nalgada social que me tiene loco. Una pateaita. Una mordida de pan, un sabueso de perro, un asopado de puerco, una miradita entre los aguas. Esa es la nalgada social de cada día.
Como en este momento que me devora la ansiedad, la ausencia, la tachadura, el más abajo. Esa vaina que no sé nombrar. Esa cosa que no sé atravesar por el discurso, ni mucho menos por una imagen o una palabra. Pero acosa, amuralla, legitima, pervierte. Acosa las piernas, amuralla la boca del estómago, legitima el desvarío y pervierte lo que ya viene pervertido. 

Esto no es una haraquiri ni una entrega de acemita. No es un gato sobre el tejado, ni mucho menos encerrado. Sino simplemente un diván escrito, un mercurocromo retrógrado, una llaguita de un recojelatas. Pues, una noche fácil.

29 oct 2011

128° Pasaje

No te soporto ese ser que pretende figurarse concreto espiritual, alma meditabunda y armoniosa con el éter. Irónico, hipócrita, desdeñoso, particularmente nauseabundo. No jactes tu alegría por el destinado dolor del otro ser. Falso, oscuro, vacuo, patíbulo de esperanzas. No juegues al instinto conjugado con el razonamiento fundado en casualidades y primitivos pensares. Bochorno, gajo, esqueje de maliciosas intenciones. No seas perverso que ese papel no te va con esa piel.

8 ago 2011

127° Pasaje

Leyendo a los grandes:

Cómo distribuir inteligencia*

Presidente José Mujica


La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo. Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me hubiera atrevido a soñar. Casi todas son inmerecidas. Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes. ¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra. Cabezas pensantes a trocha y moche, cabezas pensantes pa' tirar pa' arriba.

¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del Pato Donald que nadaba en una piscina llena de billetes? El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero. Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena. De sabiduría ajena. Cuanto más ajena, mejor. Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor. El semanario Búsqueda tiene una hermosa frase que usa como insignia: “Lo que digo, no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con vosotros”. Por una vez estamos de acuerdo. ¡Si estaremos de acuerdo!

Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes. Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa. Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite. Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería. Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo intelectual la razón de su vida. Con los que están aquí y con los muchos más que no están. Todas cabezas pensantes, pero que piensan en distintas cosas y pueden contribuir desde sus distintas disciplinas a mejorar este país. Y mejorar este país significa muchas cosas, pero desde los acentos que queremos para esta jornada, mejorar el país significa empujar los complejos procesos que multipliquen por mil el poderío intelectual que aquí está reunido. Mejorar el país, significa que dentro de veinte años, para un acto como este, no alcance el Estadio Centenario, porque al Uruguay le salen ingenieros, filósofos y artistas hasta por las orejas. No es que queramos un país que bata los récords mundiales por el puro placer de hacerlo. Es porque está demostrado que, una vez que la inteligencia adquiere un cierto grado de concentración en una sociedad, se hace contagiosa.

“La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida. Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las universidades, sino la que anda por la calle. La inteligencia que se usa para sembrar, tornear o manejar un autoelevador”.


Si un día llenamos estadios de gente formada va a ser porque afuera, en la sociedad, hay cientos de miles de uruguayos que han cultivado su capacidad de pensar. La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida. Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las universidades, sino la que anda por la calle. La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un autoelevador o para programar una computadora. Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia. Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera. Y los peldaños de abajo son los mismos para la física nuclear que para el manejo de un campo. Para todo se precisa la misma mirada curiosa, hambrienta de conocimiento y muy inconformista. Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber. Aprendemos porque tenemos picazón y eso se adquiere por contagio cultural, casi cuando abrimos los ojos al mundo.

Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los hijos chicos y le digan: “¿Sabes qué es eso?, es una planta procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”. O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas. Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, mientras ven picar la pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que la hacen rebotar. En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa. En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos esfuerzos de investigación y aprendizaje. Y eso está allá abajo, marcado casi en el hueso de nuestra cabeza, tan hondo que casi no tenemos conciencia. Simplemente aprendemos a mirar el mundo con un signo de interrogación, y ésa se vuelve la manera natural de mirar el mundo. Se adquiere temprano y nos acompaña toda la vida. Y sobre todo, queridos amigos, se contagia.

En todos los tiempos han sido ustedes los que se dedican a la actividad intelectual, los encargados de desparramar la semilla. O para decirlo con palabras que nos son muy queridas: ustedes han sido los encargados de encender la admirable alarma. Por favor, vayan y contagien. ¡No perdonen a nadie! Necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de baño. Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una generación tras otra. Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada, para hacernos productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia. Pero en esta vida no se trata sino de producir: también hay que disfrutar. Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo, sino también placer. Dicen que la gente que trota por la rambla, llega a un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo queda el placer.

Les pedía antes que contagien la mirada curiosa del mundo, que está en el ADN del trabajo intelectual. Y ahora agrando el pedido y les ruego que contagien inconformismo. Estoy convencido de que este país necesita una nueva epidemia de inconformismo como la que los intelectuales generaron décadas atrás. Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la inteligencia distribuida. Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el inconformismo distribuido. El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a preguntamos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor. El inconformismo está en la naturaleza misma del trabajo que ustedes hacen. Se precisa que se nos haga a todos una segunda naturaleza. Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca lechera. Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer. Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado. Necesitamos una epidemia de inconformismo. Y eso también es cultural, eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su periferia. Es el inconformismo el que ha ganado el respeto a pequeñas sociedades y a lo que hacen.

* Discurso de José “Pepe” Mujica, nuevo Presidente de la República Oriental del Uruguay, en un encuentro con intelectuales uruguayos en el Palacio Legislativo, el 29 de abril de 2009.

Fuente: Saber Cómo Nº 86 | Marzo de 2010

Enlace: http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc86/inti2.php


4 jul 2011

126° Pasaje

Cosiéndome
Dos hombres que he leído en estas últimas horas y a quienes me he hermanado profundamente.


“Los que estamos comprometidos con la preservación de la vida en toda su asombrosa diversidad y belleza tenemos solamente los recursos que siempre hemos tenido: la capacidad de movilizarnos, individual y grupalmente, hacia una expandida y despertada conciencia; la pureza y fortaleza de nuestra intención; y el coraje y la creatividad para realizar la visión de que “Otro mundo es posible''.
Ralph Metzner


"Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia del amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación. He buscado el amor, primero, porque comporta el éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de ese gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en que la conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que al fin he hallado. Con igual pasión he buscado el conocimiento. He deseado entender el corazón de los hombres. He deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprender el poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he logrado, aunque no mucho. El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el cielo. Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, y yo también sufro. Esto ha sido mi vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad."

(En Para lo que he vivido)
Bertrand Russell

26 jun 2011

125° Pasaje

Amaneceres ajenos

Cuando veo cada uno de sus dolores, de sus añoranzas y de sus delirios ante la puerta del amanecer, me digo con una leve sonrisa: cuánta vida en almas que cantan al aire. Son amaneceres ajenos que contemplo como regalos de la vida. Sus vidas y sus destinos, sus bromas y sus trampas. Los secretos de cada quien en sus canciones. Los vapores y los placeres en sus sonrisas llenas de picardía. Así, al parecer, son los amaneceres ajenos.

Pd.: mero ejercicio de falso simbolismo.

20 may 2011

124° Pasaje

" ... Nuestros más antiguos nos enseñaron que la celebración de la memoria es también una celebración del mañana. Ellos nos dijeron que la memoria no es un voltear la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril que habla de risas o lágrimas. La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor.

Por eso, dicen, la memoria apunta siempre al mañana y esa paradoja es la que permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas, y que las alegrías, que también las hay en el inventario de la memoria colectiva, sean nuevas.

La memoria es sobre todo, dicen nuestros más primeros, una poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la vida. Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida; y quien no tiene memoria está muerto".

Subcomandante Marcos

15 may 2011

123° Pasaje

Contigo me concluyo hedonista. Esas ansias tuyas de deformar el mundo visual por medio de tus manos y tus palabrerías inconclusas, me ponen en el proscenio de mis deseos hechos discursos. Sí, soy hedonista, que bueno hallarse entre masculinidades periféricas.

Al parecer el arte cose nuestras vainas, ironías y demás insignificancias estéticas.

12 may 2011

122° Pasaje

"La revolución no entra por el culo" por Fidel Castro.

A propósito de las revoluciones, las diversidades sexuales y las paradojas sociopolíticas y socioculturales de las minorías.

#NO olvidar #NO hablar #NO exigir #NO protestar #NOesNO

Manifiesto (Hablo por mi diferencia)
por Pedro Lemebel

No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.

NOTA:

Este texto fue leído como intervención en un acto político de la izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.

4 may 2011

121° Pasaje

Entre el closet y el corsé

El mismísimo punto central neuronal e intestinal de la sociedad, lo podríamos dividir en dos, los seres del closet y lo seres del corsé, unos y unas para allá, y otros y otras para allá. No puestos en enfrentamiento, no puestos en lucha, no puestos en consenso, no puestos en la mera dinámica, solo puestos ahí, como los puestos del bus.

Unxs en el proceso de los closets: el closet de las golosinas, el closet de la envidia, el closet erótico, el closet empresarial, el closet sexual, el closet lúdico, el closet del enviciadx, el closet de lxs radicales, el closet de lxs conservadorxs. Otrxs en el proceso de los corsé: el corsé de la flacura, el corsé de la gordura, el corsé del libre pensamiento, el corsé del cerrado pensamiento, el corsé de los deseos, el corsé de la libre sexualidad, el corsé del libertinaje. Un par de bloques adjetivizantes, castrantes, y extrañamente liberadores y categorizadores; sí, es polémico que una categoría que adjetiviza y, a la vez, castra y libera. Libera para castrar y castra para liberar.

La sociedad baila entre el closet y el corsé, y vaya cuando se atreven ciertos sectores en ser versátiles, es decir, de un closet al corsé (y viceversa) corriendo el costo de la complejidad (de su ser). El asunto sináptico es el veloz momento cuando un closet y un corsé se identifica, sintomatiza y estigmatiza con algún sentimiento y/o sensación. Cuando el closet se saborea a soledad, cuando el corsé se saborea a belleza impuesta, a orgasmo fingido, a amor obligado. Cuando el closet se saborea a mango podrido, a durazno reseco, a flor artificial. Cuando el corsé es una sonrisa falsa y una palmada en una nalga. Estar entre estos closets y estos corsé no es tarea fácil, es una versatilidad compleja, cínica y autohipócrita.

La sociedad está en el deber de mejorar su estadía en algún lugar más allá de un closet y su cuerpo, lo que entienda la sociedad por su cuerpo, más alla de un corsé. No sé, eso digo yo, uno que aún el más allá se le hace muerte chiquita.


___

Gracias Mireia Sallarés por esa conversación.

1 may 2011

120° Pasaje

Amenazado por la añoranza

Hoy he recibido la visita de la melancolía, de la miel de mi infancia, una dulzura llamada Sonero Clásico del Caribe. Ese son y ese baile mecieron mi cuna, los brazos de mi madre y mi árbol favorito de icacos, haciendo de mí un chiquito de sonrisas, osadías y baratos existencialismos. El Sonero me enseñó a bailar, a escuchar, a querer, respirar y sobretodo, a saber mirar el cielo como un campo de deseos y batallas, como el espacio infinito que siempre me guiaría a eso que nunca entendía: el amor, los muertos y mis estertores cuando se colaba la luna llena en la noche estrellada. Mi madre me dio de beber al Sonero y hoy, muchas de mis dudas aclaradas se las debo al Sonero de mi madre. Infinito miedo al ver un ánima, infinito pánico cuando me visitaban a la cama, infinito estertor cuando me bañaba la luz de la luna, infinito susurro de mi madre al cantarme el Sonero para aliviar mis ojos ante mis tiernos compañeros de plenilunio.

Aprendí a besar, aprendí a guayabear con el Sonero, a bailarte en la calle, en la sala y en la cama, Sonero me enseñó a besarte con falsedad, a besarte como niño, a besarte con querencia. Supe llorarte, supe enterrar el amor, supe odiar, supe silbar en las noches, supe, supe, hasta quedar hoy con la incertidumbre y el estertor de niño. Hoy, en brazos de mamá, una vez más, a mis oídos llega el susurro de hermosas letras soneras caribeñas para aliviar mis ojos, mis anhelos, aliviar el estertor del amor. Fantasmas vienen hoy, me visitan, un cafecito va bien, ellos como les gusta esa vaina, sonríen mejor que yo, se ve que la vida y la muerte tienen diferencia, muerto se vive mejor. Sin embargo, el Sonero me invita a bailarte, a bailarte la vida, a bailarme la vida. Mamá, ¿puedo agarrar un icaco más? Mamá, ¿por qué ya no se hunde más la cama? Mamá, ¿por qué a veces se me olvida amar? Mamá, ¿estoy muerto estando vivo?

21 abr 2011

119° Pasaje


Sentirse vacío es sentirse lleno de sentimientos, estar repleto hasta las costillas de sentimientos que no sabes darle nombre ni figura. Incomoda encontrarse así. Incomoda tanto que te saturas de un gran “no sé” silencioso retenido en la boca. Los labios quieren presionar fresas repletas de polvo azucarado. Incomoda la sensación. Sentirse así es sentirse atado a algo que sencillamente no tiene cuerpo, pero respira, tiene pasaporte y a veces, sonríe. Sentirse así es particularmente detestable, pero después que termine esta oración será placentero. No sé es lo que se repite dentro de la faringe y no se atreve a salir. No quiero morderte, solo observar esa mirada que tanto miente y tanto insinúa frialdad. Los dientes son sumisos ante los deseos de los labios, son obedientes, cachorros. Sentirse así es sentirse vacío. Es sentirse falto de muerte.

15 abr 2011

118° Pasaje

El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la educación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad de un pueblo; y un teatro destrozado, donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar a una nación entera.
Federico García Lorca
Pd.: Paul Collado fue quien me llevó a Lorca...

21 mar 2011

117° Pasaje

Si vas a intentarlo, ve hasta el final, de lo contrario no empieces si quiera. Tal vez suponga perder novixs, esposx, familia, empleo (sic). Tal vez suponga no comer durante tres o cuatro días, tal vez suponga el arte en el banco de un parque, tal vez suponga la cárcel, tal vez suponga humillación. Tal vez suponga desdén, aislamiento. El aislamiento es el premio. Todo lo demás es para poner a prueba tu resistencia, tus auténticas ganas de hacerlo, y lo harás! a pesar del rechazo y de las ínfimas probabilidades, y será mejor que cualquier cosa que pudieras imaginar. Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No existe una sensación igual, estarás sólo con los Dioses y las noches arderán en llamas. Llevarás las riendas de la vida hasta la risa perfecta. Es por lo único que vale la pena luchar.

Charles Bukowski

Pd.: A propósito de ti y tus falsos halagos, mi querida sociedad tecnificada.

15 mar 2011

116° Pasaje

Fue en una sola vista. En un solo vistazo, diría un venezolanx. Con tan solo un click, esa pantalla cubierta por su rostro, su forma, su mirada, ese ángulo de mirar, supe que volvía a ese momento cuando el profe de danza me veía; ya ni recuerdo si para regañarme o por el simple hecho de decirme: aléjate de este mundo, loco. Así es como se me despertó el no-sé-qué de su foto, de la sinceridad de su momento, de esa foto. Eres de esos chicos a los que hay contemplar por largo rato, atenerse a las consecuencias de un desvarío o de un complicado suspiro, e importante, pero de último, el no mirarte como poesía sino como hombre. Porque esa poesía te pertenece a ti en cuanto respiras y en cuanto vaivén andas. Así, me lo dijiste en tu foto.

No me valieron los 140 caracteres de un tweet público, ni menos los 140 caracteres de un tweet privado. Me valió esa mirada para escribir y no escribir, intentar escribir, y hacerme la idea que estoy escribiendo. Pero al grano. Esa foto, ¡vaya que dice mucho de ti! Es un encuentro de tanto tiempo en ti, es un reencuentro con ése que vuelves a ver, a tú. Como quién dice por ahí: esa foto es sinceridad, esa mirada es el alma. No me atrevo a completar la frase, porque me separan decenas de países y cientos de climas. E insisto, al grano. Entre canas y ojos con vida propia a la vida tuya, es una foto que solamente la celebra quienes celebran tu victoria: esa alegría silente de labios cerrados, la quijada relajada y una dualidad en tus ojos, un ojo que anuncia la satisfacción y otro que susurra la permanente lucidez.

Así, me habló tu rostro de ti, dudo que sea una foto espectacular, dudo que sea fantástica, dudo que sea única, lo único que no dudo es que ése, quien vi, quien susurro, no seas tú.

Gracias por ese momento, Arato.


Regresando a escribir...

18 ene 2011

114° Pasaje

La almohada

Me recosté sobre la almohada después de leer sobre pedagogía durante 18 horas continuas, y cuando pude exhalar, vi tus ojos. Ahí, sonrientes.

La pesadumbre de tu nombre me ha dejado una maraña de cabellos aún por arreglar. Ando tan, pero tan masculino, que perdí el orden de las cosas como las tenía planificada para esta semana. He pedido la ayuda de varias manos de amigas y conocidos para que esta semana tenga un sentido académico y laboral, porque sentido artístico no tendrá.

No tendrá sentido artístico hasta que no pueda sonreír bien. Bendito accidente de la tristeza. Medio me puedo reír al saludar, y de vaina. No lo deseo a nadie que viva un accidente de la tristeza, porque siempre saldrán tórtolos heridos en silencio y confundidos. Tengo el páncreas entristecido y me veo pálido por falta de azúcar. Ni hablar de la espalda. No me duele, me arde.

Tomo un vaso de agua y te veo por encima de mi nariz. No puedo hacer nada con esto. O sí, pero no quiero incomodar más tu tiempo, de lo que ya incomodo con mi silencio. Me está creciendo la barba y recuerdo la tuya. Esa que nunca se oculta. Esa que acompaña la voz. Esa que viene con el friíto de un martes de Caracas. Silencio, ya vamos para una semana.

Flores quiero debajo de mi espalda, como sábana ópaca, turbia y seductora. Flores que sepan abrazar cuando estoy a punto de dormir. Sí, esas flores que trajiste.

Y así, a los pocos minutos, me dormía con mi biberón, sí, los poemas de Rimbaud.

Luis, el otro neno

16 ene 2011

113° Pasaje

Una confusión que no tiene precio

Y así me levanté hoy, con los oídos inflamados, con la sonrisa de una buena madrugada y con un brazo a punto de desencajarse de su cuerpo. El cabello grasoso, el sudor de cigarillos -que nunca fumé- y las piernas ardiendo en placer, así de alegre estaba, así de alegre me dejó la madrugada. No supe de la hora hasta el momento en que recordé la cita con el guionista, llamado Daniel. Y desde luego, como un plomo en la cabeza, no me cayó la resaca, sino el mensaje de texto de un señorito. Este día fue el peor.

Comencé el medio día con una tensa -pero victoriosa- conversación con mamá sobre la relación de la beauvoireana con su artista. Esto fue un presagio y no lo supe ver. Mamá es un ogro. Mamá parece querer convertirse en un monstruo. Míticamente, no la dejaré. Ahora bien, volviendo al presagio, supe que algo pasaba. Llegando a la habitación, lo olí. Aquel teléfono móvil se purgaba de mensajes presagiadores de una confunsión.

Él, el señorito, tenso, musculosamente tenso, aguardando con una leve y extraña "sonrisa", peleó conmigo la deuda que no me correspondía. A lo mejor, sí. A lo mejor que menos de un sí. Pero fue así, peleamos, peleamos, discutimos, exposiciones de motivos y huidas en silencio. Odié su partida en silencio. Sí, detesto la huida masculina en silencio. Sí, detesto el perfume masculino cuando se va sin mi permiso.

A todas cuentas, por ende, en resumen, escojan una de las anteriores. Estuve halándome hasta la sonrisa para comprender, pero no comprendía, me agarró fuera de base y me eliminaron del Round Robin. A fin de cuentas, quería ver tu sonrisa otra vez, olerte a 30cm y seguir escuchando la rima de tu voz, una rima muy masculina por cierto. Pero ese Round Robin me lo perdí.

No he dormido, no por ti, sino en parte por ti. Esto debido a que la otra parte se la lleva la compu y los libros que leo para la guía turística de mi trabajo de grado de la universidad. Llevo las mismas 18 horas de desvelo de siempre, con la diferencia que éstas son distintas. Tienen sabor a ti. Tiene el sabor del desorden y de la confunsión de una buena pieza dadá.

Esto es una vuelta, lo sé. Dadá o no sea Dadá, es una vuelta. Han pasado las horas y me siento en la misma posición de incertidumbre en que nos dejamos. Ya va a amanecer a las 5 con 30, hora de Venezuela. El reloj-clocloc de papá ya sonó. Apenas lo escuché con mis oídos inflamados, con mis ansias de té y con las densas montañas de libros ocultando mi ingenuidad.

No soy víctima, pero aposté a un encuentro que no tiene precio.

Sí, AF. Para ti.
Luis, el neno

6 ene 2011

112° Pasaje

Un o Una artista sabe babear al contemplar unas buenas y hermosas manos para pintar, esculpir, dramatizar, o simplemente, desear.
Mancerista

Pd.: tweet #2666.

111° Pasaje

No me des amor que no existe, no me des placer que no existe, dame sonrisas, orgasmos y unos copas de vino que sí existen.
Mancerista

Pd.: tweet #2664.

4 ene 2011

110° Pasaje

El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.

Jorge Bucay