Esa línea que cubre tu pecho entre desierto y sombra, es la distancia de tu belleza, tranquilidad de arena. Aquello entre tu sonrisa y tu palabra certera, es un silencio que abraza e interpela, calma y seduce.
El sigiloso paso de tu mirada camina por estos predios, entre esquinas de este laberíntico deseo. El frío de tus dedos marca el anuncio de lo que vendrá junto a tus caricias.
Eso eres en esta llegada, abrirte la puerta.
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