3 nov 2024

200° Pasaje

 Estoy cincelado por el cambio.

Ahí en el instante de haber vivido una vida a mi manera, permitida y bendecida por mis padres,

en constante incongruencia, pero en una imperdible constancia y terquedad que me asombra.

Siento que estoy con el Diablo y con Dios, con Dios y con el Diablo, con el hombre y la sombra, con la mujer y la traición al semejante para que ella prosiga.

Cambia en mí algo que aún no percibo. Sé que pasa algo


                                Ahí en el centro de mi psique algo se desplazo
                                                                                el amante quiere más, aún más


La obsesión y la fragilidad están a flor de piel, pero, aun así, creo que el trabajo de conciencia podría aminorar el susto del pensamiento que se repite, que va y viene. Ahí la fragilidad, o el acto de conciencia mismo como acto de vulnerabilidad.


Solloza el mundo y esta tierra me ha hecho frío.

Solloza el mundo y solo exijo más virtud y acción certera.

Me abruma asquearme por tanta corrupción de mi tierra. Corten la cabeza a la serpiente.


Aquí el cambio. No sé si sea el licencio por hablar tres lenguas a la vez y no ser entendido y a la vez, entendido.

Algo en mí acontece.

Es un cambio.


199° Pasaje

Tu abrupta ausencia me estremeció.



Ardor. Septiembre 2, 2024.

30 ago 2024

198° Pasaje

He vivido mi primer año en China. ¡La totalidad del cambio! ¡El giro!

La montaña rusa de los aprendizajes y de las transformaciones profundas. G. Espina tenía la entera razón: el viaje del guerrero. 

Me he descubierto en un silencio que se equipara al de el monje que danza en el bosque y el académico que traza sus ojos sobre los libros en la cálida biblioteca. 

En ese estado, he hallado la rectitud, la templanza, el visitar de nuevo al dolor por el vuelo de mi madre y la pérdida del pedazo de mi corazón. He hallado el placer cincelado de los hombres que habitan profundos silencios y misterios. Como también la confusa naturaleza humana de aquellas personas que suelen llamarse amistades.

El viaje ha sido conocer mis propias fronteras y ponerle himno y escudo a la cruzada de mis reflexiones. Cuidar el tesoro de aquellos que me cuidan y prefieren conocerme y conocerles como tales; amigos verdaderos, aquellos que las dudas comparten y que las verdades me las dicen directamente a los ojos.

Ahí, bordeando mi cuerpo me he nutrido de la belleza de la otredad. Las lecturas de la universidad en Venezuela se hicieron piel en los caminos a Xi'an, a Wuxi, Alxa, Gobi, Gansu, Shanghai, Suzhou, Xuzhou, Jiangyin, Changzhou y cientos de caminos y calles. La poesía de la meditación o la misma meditación haciendo poesía; esta última en tanto vida.

Un viaje implica soportar la naturaleza misma, la existencia misma. El cuerpo es la carreta o el carruaje, sea cual sea la intemperie, se desplaza y se descubre en su andar. Como también, por otra parte, el viaje es la fusión con la naturaleza en su plenitud, no solo es una polaridad. Nos descubrimos, o me descubrí, en la multiplicidad de las polaridades. El cuerpo multiplica las significaciones en el viaje.

Ahora la soledad se acompaña de amigos muy cercanos y que no pasan de los dedos de las manos; he aprendido del círculo simple. Viajar en la densidad y la simplicidad del alma de un buen y noble amigo chino, en la contención de dos amigos latinos suramericanos, en la profunda lealtad de mis hermanos y mi padre y madre, y del amor europeo que me abraza y me sonríe en su calma y humanidad. Ahí, todos en su amor, abrazándome, de una u otra forma, desde su lugar y existencia. Ahí, les abrazo recíprocamente, con honestidad, con la misma vulnerabilidad con la que nací. 

El enamorado quiere más... aún..., así me recitó Espina en nuestra última conversación. Quiero más del camino que me ha brindado la soledad elegida. Un lugar elegido que no erosiona mi interna existencia, sino que en cambio erige una autónoma franqueza. Enamorado estoy por el conocimiento y en búsqueda de la autenticidad en lo simple y ordinario. Es perder la identidad anterior a este viaje, que se cristalizaba en mí como si de estalactitas se tratase. Tampoco busco pulverizar o derretir en este viaje, solo transformo y erijo conciencia del otro anhelado. Ya más cerca de mi otro yo anhelado.

El camino de los caracteres Han me han permitido mover la carreta hacia otros mundos posibles. Cada trazo y cada curva es un decidido movimiento hacia el presente; fino o denso. 

Así se mueven las altas montañas de Hefei en mí, de los lagos calmados de Guilin ante el sí. 

Continua el viaje.

L




Pd. escrito entre marzo y agosto de 2024, entre el desierto de Gobi, las calles de Suzhou y la apacible Nanjing.





28 abr 2023

197° Pasaje

Un momento deténgase acá señor conductor. Déjeme acá en esta parada. He decidido bajarme y desaparecer. La voz de mi alma pide estar a solas. Hasta aquí llego. 

Que reine el silencio, que se encumbran las nubes en esos pensamientos que decidieron quedarse. He aquí un hombre agotado de los espejos y el dolor insuperable de la ausencia. 

Decido declinar a favor del silencio grisáceo de la China imperial. Me entrego a los cerezos y me pierdo entre la hojarasca; aquí me quedo, en silencio. El sable andino no deja a la garganta decir lo que quiere decir. Herir es más fácil. Por ello, prefiero el silencio y la ausencia. 

No es una armadura, estimada sombra. Es una decisión. Que empiece el viaje a solas. Entre brumas, entre claros, pero la barca la llevo yo, parca querida. El frío del gigante entra en las venas; necesariamente ha de ser así, constituirme así. Que se derrumbe todo a su paso. Ha de nacer lo otro.

Lo inesperado. 
Por ello, déjeme acá chofer. Sí, ya es tarde. Pero acá es el lugar del inicio. 

5 may 2022

196° Pasaje

 Confusión.

Este uroboro con el que nos tragamos la pandemia ha sido un largo botezo. Doloroso, pero bostezo a fin de cuentas. Hemos vuelto después de un gran receso de dos años. Pero golpes muy duros han tocado estos meses. Antes los procesos performativos tenían cualidad de espectador para mí, ahora siento enraizado el dolor de la nostalgia que me producen los objetos, las formas y los hábitos; la casa que son los objetos en sí. Pues bien retomemos el caminos. Iniciemos este andar ante la confusión.

10 abr 2021

195° Pasaje

Espiral

Recientemente, el miércoles 19 de diciembre del 18, culminé un pequeño taller de danza Butō. 

Durante diez sesiones -las cuales dejé de asistir a dos sesiones por alocadas imperiosidades de mi presente hiperinflacionario- exploramos un conjunto de búsquedas bien profundas y movilizantes.

Fuimos catorce o quince cuerpos cada semana buscando ser unos cuerpos-sacos-de-piel.

Un solo maestro llamado Juan Carlos Linares. Él es palabra sutil y gesto corporal firme. Cada movimiento que haga nos traduce miles de significaciones posibles. Mas no para imitarlo, sino para abrirnos a la inmensidad de posibilidades de hacerlo y vivirlo. Él es un observador acucioso, nos conoce cada paso, el ritmo de cada uno, la vibración de cada quien y el andar de nuestras imágenes.

Nos pidió estar atentos a una imagen, a un algo que nos acompañara por semanas. Eso se traduciría 





25 dic 2018

194° Pasaje

Uno pudiera decir que está ahí. Que uno lo respira. La intuición dicta que ahí está el temor.
Uno se cansa, mas no pierde.
Si alguna vez pudiera decir algo es solo manifestar que lo viví. Que estuve cerca de esto.
De lo cruento que es poético. Doloroso, pero poético.
Sí, el dolor tiene poesía. La incentidumbre también tiene su poesía.

esta es una parte
la otra parte es la vida misma de su sonrisa
él está ahí
ajeno, en sus propios enredos
con su cabello canoso, suelto
sonriente tembloroso
valiente, audaz
firme y cortante
con temores y decisiones

más allá de las fronteras
está él
liviano y dulce como un durazno
preocupado, angustiado
terco y analítico
quién sabe
su mirada es vida pura
inocente                           perverso

así vamos
hilando

¡ah!

me faltaba el otro
el del tormento encarnado
el reencarnado
el de la melena vivaz
ese es otro
que me hiere con su voz
ahí está
asumo que está
también en sus delirios                y sus propios rollos
quién sabe

uno se cansa, mas no se pierde.

24 dic 2018

193° Pasaje

si supieras lo que has provocado por ese mentón
montaña con riscos bien calados
osada sonrisa
achinar de ojos
eso eres                                              siempre olvido lo joven que eres y lo viejo y audaz que no
recuerdas que sencillamente hay que respirar
así eres, un maleable sentir
tu canela piel es mi encuentro
sudado, árido, terso o tosco
así andas
así te he palpado
así te he besado
así te he sonreído
una amistad erótica
¿es así?
alianza de hombres en sus silencios
necesidades cesantes diarias
complejidades, humores
furtivos encuentros
celos en celo
sudores
carcajadas
perplejidades
testigos del horror
de no tener
y de tener
de vivir el azar
de testimoniar la vida que nos tocó
de hundir el hacha de las verdades
si supieras que estos versos tienen formas de tus acantilados
tu barbilla
ese olor
ese color
árabe, morisco, una vaina eres                      o fuiste
quién sabe
ni sabes
sí sabes
pero te haces el pendejo
divino
cautivo
inocente
perverso
mentiroso
delator
así eres
mágico y profundo
tremendo confidente
por ahora
en este horror
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27 nov 2018

192° Pasaje

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silencio patriarcal

27 ago 2018

191° Pasaje

Polvo eres, polvo me tienes

Así se marca el verso de un hombre sobre otro hombre, en el que acuerdan herirse uno al otro.

Para grabarse la piel de un hombre se requiere mucha paciencia, sonrisa y ternura,

pero también sagacidad feminista.

Hay que conocernos nuestras heridas, la falta, el polvo como ausencia

me tienes en el instante del acuerdo, de la amistad

el vaivén de tu tiempo

mi espacio cómodo de la espera
mientras pueda terminar estas tesis que me complica "la realidad"

a mi suerte, he vivido de ti y de tu polvo la dicha del pacto masculino

esa condición abierta,
fraternal
amorosa
fogosa
salvaje
íntima
secreta
lasciva
sincera
de pacto, pues

la conversación es un punto de honor

la hospitalidad es vital

la corresponsabilidad es requisito

la sonrisa es el regalo

la mirada silenciosa compartida es el código de ética

así

polvo somos, polvo nos tenemos

así se pacta entre la amistad y el deseo en los tiempos líquidos

de mis veintitodos, casi abriendo los treinta.

14 may 2018

190° Pasaje

Verse al espejo
devorarnos frente a él
de eso se trata -- o se trató
quién sabe

bueno sí.
Ellos lo saben.

Nos dejaron la firma, pero también la caricia
la silenciosa condena
nos cumplieron el deseo
el capricho y el reproche
nos dejaron el buensabor

pero no creas, níveo
también nosotros los jodimos

les dejamos nuestros aromas
las carcajadas
las locuras
la intensión

los dejamos tensos
arrojados por nuestras locuras
quién sabe
a lo mejor siguen aullando a la luna
ellos también lo padecen

pero es innegable, que seguimos esperando que se vacíen en nosotros
es así, níveo

que se vacíen entre nuestras piernas
y las silenciosas miradas

por ahora nos agarra la pelona
la mandrágora
nos colocamos -o nos colocan- el hilito de Ariadna
nos volvemos locos
apretamos el vientre
se cuaja lo vital
aguantamos las ganas
y nos devora la impaciencia -bueno la mía.

Su sonrisa volverá. Su mirada implacable volverá.
Su forma de quitarse los anteojos y hurgarnos la mirada, volverá
quién sabe, níveo
el puerto espera
su palabra feroz, nos espera

o simplemente, devoramos
temerosos en la imaginación
parpadea
ahí está el espejo.

29 ene 2018

188° Pasaje

Llevo horas en un despertar profundo ante el ego. Ese que arrastra a los hombres al abismo más indeseado: tener certeza de sabérselas todas y cada una, de la vida y la muerte, de sus aciertos. Me saca de quicio escuchar a ese hombre decir: sí, lo sé. No hay dudas de él, no hay capacidad de asombro, su sangre es fría. No lo ve.

En estas horas, otro despertar acontece en mí ante el espejo. Ese otro que me deja absorto, no me desnuda, no me interpela, no me arrastra ni enamora, solo me invita a caminar el jardín frío del corazón. Me saca del lugar de la palabra. Me extrae la lengua como danza balinesa. Es un semidiós inundado por dudas, temores y afán. Es semidiós porque es terrible y su condición humana es terrible. Su sangre es tibia. Lo ve.

Hay que despachar cuerpos y corazones como si fuese el repartidor de periódicos. No con la acción de entrega, sino con la acción de expulsión, de abandono. Me harta la sombra que vive de mi Luz. Me harta ese cuerpo asombrado que vive de mí y luego me inculpa por mis errores. Yerro, sí. Pero vives de mí. De la fuente. Hay un triángulo que traes, cobarde. No seré quién habite tu estrategia de supervivencia, tu estratagema darmática.

Habitar la soledad implica encuentro con el ego y el espejo. Es la preparación al encuentro con el sensei y del mago, la vestidura y la investidura, portar la katana y el báculo luego del entrenamiento necesario. Es la presentación del terreno de guerra, pensar que se está en ella, cuando agotado y destruido ya, cuando arrojado se yace en el suelo, cuando reinan la deshonra y la confusión, ahí inicia la preparación de la investidura para la guerra. Ese irremediable encuentro con el ego y el espejo. Diez años de mi andar para comprender esto. Gracias, José Miguel.

Sus nombres y sus acciones son señales cósmicas; sagradas o profanas, o ambas, pero cósmicas en el fondo de esto. La dicotomía occidental me harta, me hartó y me hartará. No pretendo elegir entre uno y otro, entre la "certeza" engañosa de quién todo lo sabe y la "certeza" arrogante de quién todo lo pretende. El espejo interviene deus ex machina ante el cuerpo adolorido para agudizar su pesar al encuentro con la Luz que nos habita. Si no, qué entonces.

Es necesario el si no, Odiseo.