Tu barba y tu risa son mi droga.
Deberían ilegalizar y así encarcelarme de una buena vez en la mazmorra.
Impertinente, fracasado y malcriado me coloco ante la imposibilidad de tenerla.
Carajo. Mil veces demonios. Y mil unas cuantas noches planceteras contemplando tu belleza esquiva. Tratando de hallarle versos a sus bellas formas. Dormitas, yo cincelo palabras a tu piel.
Ese es el acuerdo de este silencio. Te me clavas y simplemente soporto el ardor de saber que estás aún ahí. Respirando vida.
Ese es el acuerdo. Esperar sentado el turno de verte sonreír.
El acuerdo entre mi fracaso y los versos cincelados.
25 dic 2016
167° Pasaje
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