A propósito de Yeraldine Machiste y el asombro de Neirlay Andrade
Voy solo hacia mi alma
y golpeo mi puerta:
me espero.
Si el muro de mi cuerpo es bajo,
¿seré entonces mi vecino?
Si mi madre se casa con mi tío,
¿seré entonces mi primo
y me quedaré?
¿Necesito una visa de Tony Blair,
si quiero leer a Shakespeare?
Si no encuentro la puerta afuera,
la busco en mí.
Si no puedo ser como quiero ser,
entonces me intento.
Alí Al-Shalah
(Babilonia-Irak, 1965)
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