12 dic 2011
134° Pasaje
Hoy no dejaba de sonar en mi alma un sexteto de palabras, dejarse llevar con una voluntad vivir. Respiro paso a paso la piel que me dispone la naturaleza. Palpo su sentido, su sinsentido, que concluye en pasión, y sin muchos ademanes, concluye en una sonrisa cómplice. Mi mirada no es más que el continente inmenso de sus ojos. Continente silenciosamente alegre. Vivaracho, marrón, loco. Una tierra que se me presenta inmensa y aventurera. Un continente al que mientras más le escribo, uno se llega a enamorar más. Me saco con paletas las palabras ante la vista de su tierra esperada. Continente de todo fruto, de todo salvia, de todo néctar. Agrio, cálido, pastoso, venenoso, en fin, amoroso, espinoso, como un oso. Dejarse llevar por su continente pronto desbordado, es sencillo, es respirable, profundamente agradecido. Sí, hoy no deja de sonar ese sexteto en mi cabezota.
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