25 dic 2010

108° Pasaje

Dice Wallace Stevens que toda la historia es historia moderna.

Así empezará el trabajo de grado que escribiré dentro de 60 días exactamente. Stevens me circunda la historia a la historia de cada "época". Si es que podemos enunciar época, porque a cuentas se resume que época es una sola y no varias dentro del "conjunto" de la historia. Moderna es la Prehistoria, moderna es la Antigüedad, moderno es el Medioevo, moderno es el Bizancio, moderno es el Renacimiento, moderna es la Modernidad, moderna es la Contemporaneidad, moderna es la Postmodernidad, moderna es la Actualidad. La modernidad propia de cada "época" de la historia. Todo en su tiempo, como un todo, es moderno.

Los ojos de quienes han visto su historia, al parecer, según Stevens, siempre ha sido moderna. Son otros, los posteriores, los que hacen las "épocas", las diferencias, los hitos limítrofes entre una época y otra. El punto y seguido entre la caducidad de una época y la manufuctura de otra queda a cargo de los ojos de unos cuantos, cuyos van aumentando en número durante toda la historia. Tanto que me atrevería a enunciar que hoy, somos casi todos los autores materiales de la manufuctura de nuestras épocas. Como para dar un ejemplo polémico, hemos permitido la caducidad de la contemporaneidad y así manufucturado la llamada época efímera. El caca-boom de lo efímero.


Continúa...

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